jueves, 4 de noviembre de 2010

COMUNICACIÓN, PODER Y CONTRAPODER EN LA SOCIEDAD RED

     La batalla más importante que hoy se libra en la sociedad, como nos comenta Castells en su artículo “Comunicación, poder y contrapoder en la sociedad red”, es la batalla por la opinión pública. La forma en que la gente piensa determina el destino de las normas y valores sobre los que se construyen las sociedades.
     El canal de comunicación más importante entre el sistema político y los ciudadanos es el sistema de los medios de comunicación de masas, siendo el primero de ellos la televisión.
Los medios de comunicación de masas no son los depositarios del poder, pero en conjunto constituyen el espacio en el que se decide el poder. En nuestra sociedad, los políticos dependen de los medios de comunicación.
     En este artículo, Castells presenta cuatro hipótesis sobre la transformación de esta relación entre los periódicos y la sociedad: la primera, el papel predominante de la política mediática y su interacción con la crisis de la legitimidad política en la mayoría de los países del mundo; la segunda hipótesis es el papel clave de los medios de comunicación segmentados, personalizados en la producción de la cultura; la tercera es la autocomunicación de masa; y la cuarta de ellas, son los usos tanto de los medios de comunicación de masas unidireccionales como la autocomunicación de masa en la relación entre el poder y el contrapoder, en la política formal, en la política insurgente y en las nuevas manifestaciones de los movimientos sociales.
El actual presidente de los EE.UU., Barack Obama, ganó las elecciones a la presidencia gracias a las redes sociales, por lo que se podría dar como un ejemplo de la importancia de las redes sociales y las masas sociales en la actividad política, comentado por  Castells en su cuarta hipótesis. Pues la política mediática tiende a la personalización de los políticos alrededor de dirigentes que puedan venderse adecuadamente en el mercado político.
     La sociedad da por supuesto que cada grupo político tiene una ideología y forma de hacer política. Esa ideología mueve voluntades a la hora del voto. Pero la ideología no lo es todo pues la mayoría de los ciudadanos no leen los programas de los candidatos. Aún muchos ciudadanos votan al candidato no tanto por lo que dice sino por su forma de expresarse, por su apariencia personal, por cómo nos le presentan los medios de comunicación, por la opinión que nos han creado sobre él, no por la opinión que emane de nosotros mismos.
     En mi opinión, no debemos escandalizarnos pues en los últimos años los sondeos apuntan hacia un nivel significativo de desconfianza de los ciudadanos respecto a los políticos, los partidos políticos, los parlamentos y, en menor medida, los gobiernos. Esto explicaría por qué la gente actualmente vota en contra de algo en lugar de a favor, como nos dice Castells “votan el menor de dos males”.

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