El uso de las nuevas tecnologías como instrumento de uso cotidiano ha revolucionado al mundo y a las personas. De esta revolución entre tecnología y personas han aparecido nuevos términos como robots, androides y ciborgs. Este último término, cyborg, surge de la fusión de dos palabras «cibernético» y «organismo».
En el artículo “Vygotsky y el Cyborg” por Leffa, vemos que la simbiosis orgánica entre el ser humano y su entorno es tan viejo como la humanidad en sí misma. Está ya presente en la mitología del centauro, fusión de persona y animal; con Icarus, fusión entre persona y objeto, tratando de volar con un par de alas hechas de cera y plumas. Ambos, el Centauro e Icarus están basados en una prótesis orgánica, como la extensión física del cuerpo y visible al ojo.

Muchos autores son los que han hablado y escrito sobre este término «cyborg». Entre ellos cabría destacar a Donna Haraway, que jugando con las palabras del “Manifiesto comunista” de Marx publicó su “Manifiesto sobre cyborgs” donde le describe como un organismo cibernético, un híbrido de máquina y organismo, como una criatura de realidad social y de ficción. Además, asegura que la ciencia ficción contemporánea está llena de cyborgs -criaturas que son simultáneamente animal y máquina, que viven en mundos ambiguamente naturales y artificiales. Incluso, la medicina moderna está asimismo llena de cyborgs, de acoplamiento entre organismo y máquina, cada uno de ellos concebido como un objeto codificado.
A finales del siglo XX -nuestra era-, todos somos quimeras, híbridos teorizados y fabricados de máquina y organismo; en unas palabras, somos cyborgs.
Chris Gray, en “The Cyborg Handbook” (El Manual Cyborg), define un cyborg (abreviatura de organismo cibernético) es una entidad que combina la mecánica con la orgánica. Por ejemplo, una persona a la que se le haya implantado un marcapasos podría considerarse un cyborg, puesto que sería incapaz de sobrevivir sin ese componente mecánico.
Andy Clark introduce el término de «cyborgs narutales», y hablar de cyborgs naturales “es hablar sobre nosotros, sobre nuestro sentido del yo, y sobre la naturaleza de la mente humana. No se trata de adivinar lo que pronto podría llegar a ser, sino apreciar mejor lo que ya son: criaturas cuyas mentes son especiales precisamente porque están hechas a medida para mezclar y combinar tácticas neuronales, corporales y tecnológicas”.
En conclusión, según Haraway TODOS somos cyborgs, ¿soy una cyborg? quiero pensar que no yo sólo soy María José y utilizo las nuevas tecnologías para tener una vida más cómoda, ahora bien ¿depender de ellas? NO.
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